Mira la foto para cuando te sientas agobiado por la vida. Cuando sientas que tus problemas son enormes, y sientas que lo que hagas, o dejes de hacer, parece que no sirve para nada.
La foto también es, para cuando, como humano que eres, te creas poderoso y grandioso. El Homo Sapiens, dueño de todo, ¡En el zenit de tu poder tecnológico! Si te sientes que, con las seis mil millones de personas que ya somos, somos únicos en el universo.
También, para cuando creas que el inmenso mundo en que vives, es indestructible. Con sus grandiosas ciudades, mares, cordilleras y continentes. Planeta invulnerable, inmune, por su tamaño y grandeza, a los actos que los hombres hagamos o dejemos de hacer. Después de todo, ¡Son quinientos cuarenta millones de kilómetros cuadrados de superficie! ¡Seis mil cuatrillones de toneladas de roca! ¡Más de mil trillones de toneladas de agua! Contempla esta foto unos instantes.
Fue tomada por Cassini-Juygens, Una nave espacial automática, en 2004, al llegar a los anillos de Saturno. En ese puntito azul, estamos todos. Todas nuestras guerras. Todos nuestros problemas. Toda nuestra grandeza y toda nuestra miseria. Toda nuestra tecnología, nuestro arte, nuestros logros. Todas las civilizaciones, toda la fauna y la flora. Todas las razas, todas las religiones y creencias. Todos los gobiernos, países y estados. Todo nuestro amor…y nuestro odio. Seis mil millones de almas en convulsión constante.
Da qué pensar, ¿no? Si quisiéramos, podríamos tomar esta fotografía como una lección de humildad. Y como un doble mensaje: por un lado, de nuestra pequeñez en el universo, de lo irrelevantes que son nuestros problemas y diferencias, cuando los vemos a esta escala. Pero por otro lado, de lo frágil que nuestro planeta parece, y lo importante que es que cuidemos este puntito azul, pues es por el momento el único hogar que tenemos.
Piénsalo
La foto también es, para cuando, como humano que eres, te creas poderoso y grandioso. El Homo Sapiens, dueño de todo, ¡En el zenit de tu poder tecnológico! Si te sientes que, con las seis mil millones de personas que ya somos, somos únicos en el universo.
También, para cuando creas que el inmenso mundo en que vives, es indestructible. Con sus grandiosas ciudades, mares, cordilleras y continentes. Planeta invulnerable, inmune, por su tamaño y grandeza, a los actos que los hombres hagamos o dejemos de hacer. Después de todo, ¡Son quinientos cuarenta millones de kilómetros cuadrados de superficie! ¡Seis mil cuatrillones de toneladas de roca! ¡Más de mil trillones de toneladas de agua! Contempla esta foto unos instantes.
Fue tomada por Cassini-Juygens, Una nave espacial automática, en 2004, al llegar a los anillos de Saturno. En ese puntito azul, estamos todos. Todas nuestras guerras. Todos nuestros problemas. Toda nuestra grandeza y toda nuestra miseria. Toda nuestra tecnología, nuestro arte, nuestros logros. Todas las civilizaciones, toda la fauna y la flora. Todas las razas, todas las religiones y creencias. Todos los gobiernos, países y estados. Todo nuestro amor…y nuestro odio. Seis mil millones de almas en convulsión constante.
Da qué pensar, ¿no? Si quisiéramos, podríamos tomar esta fotografía como una lección de humildad. Y como un doble mensaje: por un lado, de nuestra pequeñez en el universo, de lo irrelevantes que son nuestros problemas y diferencias, cuando los vemos a esta escala. Pero por otro lado, de lo frágil que nuestro planeta parece, y lo importante que es que cuidemos este puntito azul, pues es por el momento el único hogar que tenemos.
Piénsalo
editado y corregido por Manel Aljama (noviembre 2008)
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