Tus hijos no son tus hijos.
Ellos son los hijos de la nostalgia de la vida de sí misma.
Ellos vienen a través de ti, pero no de ti.
Y aunque están contigo, no son de tu propiedad.
Tú les puedes dar tu amor, pero no tus pensamientos,
pues ellos tienen los suyos propios.
Tú les puedes dar un hogar a sus cuerpos
pero no les puedes dar un hogar a sus almas,
pues sus almas habitan el hogar del mañana,
que tú no puedes visitar, ni siquiera en sueños.
Tú puedes intentar ser igual a ellos
pero no intentes hacerlos igual a ti,
pues la vida no va de reversa
ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco con el cual tus hijos
son disparados cual flechas vivientes.
Deja que la curvatura del arco
sea señal de alegría en la mano del tirador.
© Khalil Gibran
Traducción de la versión en alemán de © Sergio Ismael Cárdenas Tamez, 2002.
Ellos son los hijos de la nostalgia de la vida de sí misma.
Ellos vienen a través de ti, pero no de ti.
Y aunque están contigo, no son de tu propiedad.
Tú les puedes dar tu amor, pero no tus pensamientos,
pues ellos tienen los suyos propios.
Tú les puedes dar un hogar a sus cuerpos
pero no les puedes dar un hogar a sus almas,
pues sus almas habitan el hogar del mañana,
que tú no puedes visitar, ni siquiera en sueños.
Tú puedes intentar ser igual a ellos
pero no intentes hacerlos igual a ti,
pues la vida no va de reversa
ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco con el cual tus hijos
son disparados cual flechas vivientes.
Deja que la curvatura del arco
sea señal de alegría en la mano del tirador.
© Khalil Gibran
Traducción de la versión en alemán de © Sergio Ismael Cárdenas Tamez, 2002.
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