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De pronto le gritó:
—¡Eehhh!, ¡Colibrí! ... ¡No seas necio, tan tonto! ...¿Tú crees que con tu trabajo vas a apagar ese fuego? ¡No podrás nunca lograrlo! ... ¿Qué no ves que él es más grande que tú? No seas tan tonto, animalito del Señor - dijo el Monito.
Entonces, el Colibrí lo miró fijamente a los ojos y le dijo:
—Mira Monito, yo soy muy pequeño y tal vez no logre apagar este fuego, pero sí te diré una cosa, por lo menos yo estoy haciendo algo y nadie me dirá jamás que me quedé sentado viendo ¡cómo se quemaba la selva sin hacer nada!
Entonces el Colibrí regresó a seguir con su tarea.
El monito se sintió incómodo por la lección que recibió, bajó de la palmera y corriendo fue al lago a llenar sus fauces y sus manos de agua, regresó a la selva y arrojó al fuego el preciado líquido. Otros animales, al ver lo que hacían se fueron sumando a la tarea y apagaron el fuego, salvando así su hogar.
A veces sentimos que estamos apagando un incendio en la selva.
Sé colibrí. HAZ TU TRABAJO e invita a todos a trabajar en equipo y derramar todas las gotas de agua que se pueda.
¡¡¡NO TE QUEDES NUNCA OBSERVANDO CÓMO SE QUEMA LA SELVA!!!
También a mi me encanta tu blog. Si me lo permites pondré un enlace a él en el mío, y a este post del colibri que me parece genial.
ResponEliminaUn saludo Manel.
Loli
Gracias a por vuestras palabras. Todos aprendemos de todos.
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